

El funcionamiento de un transistor se basa en la repulsión que se crea entre los electrones. La corriente de mayor intensidad entra en la zona positiva y ocupa los huecos, pero no continúa su camino debido a que después de esta zona, hay electrones. A continuación, entra la corriente de menor intensidad por la zona negativa, repeliendo así a los electrones, y dejando un camino libre para que la corriente más fuerte pueda pasar. Así, esta última corriente, una vez que ha amplificado la señal pequeña, pasa a la siguiente zona, que es positiva. Por último, los electrones atraviesan la zona positiva y continúan circulando.
Los transistores son de uso muy habitual, ya que podemos encontrarlos en aparatos como ordenadores, alarmas, radios, etc. Actualmente se utilizan mucho en los USBs.
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