La corriente alterna se basa en la atracción y repulsión de los electrones. Así se hace a los electrones ir y venir cambiando el polo de un imán que según nos interesa los puede atraer o repeler. Estos cambian de sentido 50 veces por segundo y, además, no circulan siempre con igual intensidad. Los electrones alcanzan una velocidad o voltaje máximo, y cuando lo alcanzan, deceleran hasta 0 y regresan a los polos. Una vez aquí, volvemos a cambiar el polo del imán para que se repelan de nuevo, y así sucesivamente.
Este tipo de corriente eléctrica no se puede utilizar en aparatos que no puedan encenderse y apagarse constante y rápidamente, ya que hay un momento determinado en el que no pasa electricidad (cuando el voltaje es igual a 0).
Cuando queremos convertir la corriente continua en corriente alterna, para lo cual se utiliza el alternador, debemos tener en cuenta que el voltaje eficaz de corriente continua se calcula dividiendo el voltaje máximo en corriente alterna entre 1,41:
Cuando queremos convertir la corriente alterna en continua usamos la dinamo y cuando queremos producir movimiento, el motor eléctrico.